Prepara tu salón para una invasión de luz. Si te da miedo la oscuridad o si la temperatura de la luz no te parece nunca la adecuada (como sucede con el agua de la ducha), Rificolona es justo lo que estabas esperando.
Cuando Rificolona está encendida, la luz se difunde de forma suave y uniforme a través de una superficie matérica que recuerda la de la luna, formada por diminutos granos de PLA que interactúan con la luz a través de la transparencia.
Rificolona tiene un poco el sabor de los viajes de Munari por Japón, para volver luego al folclore florentino: en el salón aporta tranquilidad mientras que en el contract se vuelve sugerente, incluso cuando está apagada, permitiendo disfrutar plenamente de su forma y convirtiéndose así en un elemento decorativo en los ambientes más diversos.
Su gran tamaño se equilibra con la ligereza del material que la compone, percibida en su delicado vaivén.
Existen 2 tipos: en suspensión, caracterizada por un sistema de doble cable que permite regular su inclinación con un simple gesto, o con base, apoyada en el suelo sobre 3 patas finas de metal negro.
Se las arregla sola, pero le encanta la compañía. Puedes encontrar a Rificolona sola cuando se coloca para iluminar rincones en distintos ambientes o simplemente para caracterizar un espacio, o en pareja cuando sobrevuela con ligereza las superficies de trabajo o las domésticas.
A menudo se mueve en grupo, cuando se coloca en escaleras, vestíbulos o simplemente grandes salas, para eventos especiales o simplemente para recrear una atmósfera sugestiva, incluso en casa.