Toblo expresa en la forma toda la corporeidad del material que la compone: un cilindro de terracota se convierte así en una mesita, perfectamente pulida salvo por los lados marcadamente suavizados. Toblo congela el momento previo a la cocción, el instante en el que el material ya ha alcanzado su forma definitiva en manos del artesano, pero aún está fresco y es maleable. Una pequeña estratagema para conservar y proporcionar para siempre la misma suavidad.