Parece que Ozz se haya vuelto tímida: aquí está en la versión de escritorio con pantalla orientable, para ser flexible aun ocupando el mínimo espacio. El contrapeso resulta fundamental incluso con el tamaño reducido, y mantiene siempre un intenso diálogo con la pantalla, visible en un insólito juego de formas. Todavía más atractiva, en su practicidad.